Los grabados están en una roca de diez metros de largo por casi nueve de ancho que constituye, por la profusión de los motivos decorados, uno de los mejores conjuntos de arte prehistórica gallega. En ella conviven motivos prehistóricos con otros de más reciente realización en los que predominan las cruces (posiblemente hitos delimitadores de territorio que a su vez cristianizan el lugar) y otros diseños cruciformes. En cuanto a los motivos prehistóricos (del III-II milenio a. de C.) están representados casi la totalidad de las figuras características de este arte: cérvidos, antropomorfos, combinaciones circulares y una serpiente, junto a cazoletas y otros diseños. La roca está dividida en tres zonas de diferente altura. En la parte izquierda destacan, entre abundantes cruces, la figura de un ciervo realizada en épocas recientes. La parte central posee muchos grabados destacando un ciervo macho de gran cornamenta. Hacia la parte izquierda encontramos una escena que se puede interpretar como de pastoreo o de caza. En la parte derecha destaca una serpiente, que constituye un ejemplo único en el arte rupestre gallego, de más de 4 m de largo y entre 10 y 25 cm de ancho, con trazos que representan las escamas.

Fuente: turismo.gal