Combarro - POIO

Situado en la orilla septentrional de la ría de Pontevedra, este pueblecito de profundas raíces pescadoras es un enclave de gran originalidad por la perfecta adaptación al medio natural en el que se sitúa y por la forma tradicional de vivir de sus habitantes, la cual crea una singular simbiosis entre el mundo rural y el pescador. Combarro constituye uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura popular tradicional, razón que, junto con su buena conservación, convierte el núcleo en la ilustración más socorrida en muchas publicaciones sobre Galicia y en uno de los puntos más visitados de la geografía gallega, favorecido además por la cercanía de grandes centros turísticos como Sanxenxo, O Grove o Cambados.

El tipismo de esta aldea reside en la combinación de casas antiguas, hórreos, cruceiros y embarcaciones en un entorno perfecto en la hermosa y paisajística ensenada de Campelo y con la Isla de Tambo y una ría plagada de bateas como marco de fondo.

Las casas, situadas a la orilla del mar y construidas sobre el peñascal granítico desnudo para aprovechar la estrecha franja litoral cultivable, son de piedra de milimetrada cantería y recuerdan a la arquitectura de los pazos, con solanas y balaustradas en las fachadas, con dos pisos, utilizado el inferior como cobertizo, cuadra y almacén donde guardar los útiles de labranza y los aparejos de la pesca. Se conjugan las viviendas con cruceiros que aparecen aquí y allá a lo largo del pueblo y con los hórreos, claro que también es frecuente toparse con rederas arreglando los aparejos, pescadores acondicionando las barquitas y un bullir constante de pequeñas embarcaciones que entran y salen de su puerto.


Para conocer

El casco histórico de Combarro destaca por su conjunto harmonioso de arquitectura popular gallega con casas tradicionales, hórreos y cruceiros. La estructura urbana actual data del s. XVIII y las casas se ordenan en un heterogéneo conjunto de callejuelas que parten de dos vías principales, la Rúa y la calle de San Roque, que exhiben las típicas casas pescadoras de las Rías Baixas con soportales columnados de planta baja, con patio, de las que quizás el mejor ejemplo sea la casa conocida como A Xurunda, la cual presenta un buen diseño y una maestría en la talla de las barandillas que le dan un aspecto noble. Otras tipologías de casa también están presentes con hermosos ejemplos, como las de corredor, que cuentan con espléndidos canecillos que los soportan, o las labradoras, con puertas más anchas para poder meter el carro en la planta baja. Las casas tienen su fachada hacia el interior, por lo que quedan hacia atrás pequeños corrales y huertas que albergan gallineros y cuadras, y donde se encuentran la mayoría de los más de treinta hórreos de cantería, llamados aquí palleiras, con los que cuenta la villa, situados al largo del litoral, alineados y colgados sobre pequeños vallados a los que casi llega el agua en las pleamares. Estos hórreos mantienen su función original como almacenes de maíz y, en este caso, también como secadores de pescado, conformando uno de los conjuntos de este tipo de construcciones más impresionantes de Galicia. En el núcleo están también bien representados los cruceiros, hasta un total de ocho -algunos del s. XVIII, como lo de San Roque, situado en el atrio de la iglesia parroquial barroca del mismo nombre- que ocupan los cruces de calles o las pequeñas placitas que se abren en el interior del núcleo. Algunos de ellos están acondicionados con mesitas de altar que son engalanadas para la tradicional procesión del Corpus.


Villa singular

Pasear por Combarro al atardecer en la pleamar, cuando las sombras se alargan sobre la piedra que define la aldea por todos sus costados y el mar parece desbordar en un manto dorado que nos llena los sentidos con su brisa y agradable olor a salitre, o durante la bajamar, contemplando el pueblo y las mariscadoras faenando en la playa, son algunas de las experiencias más increíbles que se pueden vivir en Galicia y que nos hacen retroceder a tiempos en que la vida llevaba otros ritmos, los que imponían los trabajos del mar y de la tierra.


No perderse

Festa do Mar: se celebra durante la tercera semana de agosto. En ella se le rinde homenaje al mar, en una celebración que conjuga en un mismo programa todos los aspectos de la cultura marinera: la Muestra Gastronómica, que oferta a precios populares todos los manjares que se extraen del mar, así como los vinos de gran calidad de las Rías Baixas; la Feira de Mostras Mare, con stands referidos al mar, artesanía, artes de pesca y turismo; y otros actos como los Encontros de embarcacións tradicionais, talleres interactivos y actividades lúdicas y deportivas. 


Fonte: turgalicia.es