Esta atractiva ruta nos lleva por los paisajes fluviales del Lérez en una zona de alto valor ecológico y muy cerca del casco urbano desde donde nos desplazaremos a pie. Con el fin de ver algunos de los puentes más destacables de Pontevedra podemos partir del puente del Burgo el más antiguo de la ciudad y símbolo de esta. Continuaremos el paseo por la ribera mientras pasamos al lado del sencillo puente de Santiago y del moderno puente de los Tirantes. Nuestra caminata continua entre la hilera de plátanos sin dejar la orilla del Lérez. Después de este primer tramo más urbano el paisaje se hace más auténtico donde abundan los robles, castaños, vegetación de ribera y pequeños senderos de la antigua ruta de pescadores que se internan en los llamados salones del Lérez, zonas donde el río se remansa y discurre en calma. Llegados aquí podremos seguir por la orilla del río o por un tramo de la carretera que lleva a Monteporreiro para ver el paisaje desde arriba. En Monteporreiro es aconsejable desviarse para acceder al Mirador de Monteporreiro que nos ofrece bonitas vistas del final del río. Volvemos la senda para acercarnos la cascada de Monteporreiro y a los restos del antiguo balneario de Aguas del Lérez. En este lugar hubo un pequeño balneario del que solo restan las ruinas del edificio. Para pasar a la otra banda del Lérez y continuar de regreso a Pontevedra habrá que atravesar una vieja pasarela de hierro sobre el río y entre alisos, cañaverales y otras especies llegaremos al lugar de la Fontaiña. Desde allí subimos por un camino que nos lleva la escalinata de acceso al convento de Sano Benito de Lérez donde cada año, por el 11 de julio, acuden en romería miles de devotos de San Benitiño, o “Santo más milagreiro”. Luego de esta obligada visita volvemos por la orilla al lugar de la Fontaiña y podremos regresar por la Isla de las Esculturas y hacer el retorno el centro de la ciudad por cualquiera de los puentes que bordeamos al inicio de la ruta.